Las organizaciones de la Cardiología de todo el mundo se unen hoy para sensibilizar sobre esta afección.
La miocardiopatía hipertrófica consiste en el engrosamiento (hipertrofia) de partes del corazón.
Sucede a cualquier edad, pero en jóvenes se dan las formas más graves con riesgo de vida.
El aumento del espesor del músculo cardíaco dificulta la salida de sangre y lo obliga a realizar mayor esfuerzo y que no pueda relajarse (diástole) ni contraerse (sístole) con normalidad.
Las personas afectadas tienen muy pocos síntomas, o ninguno, hasta etapas avanzadas, en las que puede haber falta de aire, dolor en el pecho y arritmias notables.
Las complicaciones más comunes son:
Fibrilación auricular con alto riesgo de ACV isquémico
Obstrucción de flujo sanguíneo
Enfermedad de la válvula mitral con flujo inverso
Miocardiopatía dilatada con debilidad y estiramiento del músculo cardíaco
Insuficiencia cardíaca con disminución significativa del bombeo de sangre
Síncope o desmayo sin causa aparente
Muerte súbita aún en personas jóvenes, físicamente activas y aparentemente saludables
Es en general hereditaria, por lo que si hay antecedentes familiares, lo ideal es realizar estudios para el diagnóstico temprano como ecocardiogramas o Ecografías Doppler Cardiológicas.
También pueden realizarse pruebas genéticas, pero no todas las mutaciones son reconocibles por estos métodos.
El Servicio de Cardiología San Gerónimo (CRD) y las unidades multidisciplinarias del GSG te recomiendan exámenes diagnósticos:
Cada 1 año: en adolescentes y adultos que practiquen deportes o esfuerzos de elevada intensidad.
Cada 5 años: en adultos que no realicen actividad física enérgica regular
Grupo San Gerónimo