El cáncer cervicouterino o cáncer de cuello de útero (CCU) es una enfermedad grave, crónica, no transmisible, caracterizada por la multiplicación anormal de células en el cuello uterino.
Aunque es evitable, también es el tercer cáncer más diagnosticado en mujeres (alrededor de 4.500 casos y 2.000 muertes al año en la Argentina) lo que lo convierte en un problema serio para la salud pública.
La meta de esta jornada es promover acciones de información y toma de conciencia sobre la importancia de prevenirlo para reducir la incidencia sobre la población.
El desarrollo del CCU dura entre 10 y 20 años posteriores a la lesión precursora y por eso es altamente evitable, tratable e incluso curable.
Además los hábitos saludables universales –como consumir frutas, verduras, alimentos de bajo contenido graso, practicar ejercicio físico diario, evitar el de tabaco y las bebidas alcohólicas– las 3 principales acciones preventivas para el CCU son:
La vacunación temprana –gratuita y obligatoria para niñas y niños al cumplir los 11 años– contra Virus de Papiloma Humano (VPH/HPV), causante del 80% de los casos de CCU.
El examen periódico de HPV para la detección temprana de la presencia de virus de alto riesgo en el cuello uterino de personas entre 30 y 64 años, antes de que desarrollen cáncer.
La prueba de Papanicolaou (PAP), sencilla e indolora, que permite localizar eventuales lesiones o células anormales en el cuello del útero de manera precoz.
El GSG ha formado equipos oncológicos multidisciplinarios especializados, integrados por miembros de diferentes unidades funcionales, capaces de abordar con seguridad y eficiencia la prevención, el diagnóstico y el tratamiento temprano del CCU.